jueves, 6 de febrero de 2014

La pugna por las ciencias útiles.

Algunos intelectuales, como Jovellanos, Campomanes  y Floridablanca, con gran influencia en la corte borbónica, que habían sido influenciados por la ilustración francesa y que fueron los encargados de convencer al monarca de la gran importancia de la ciencia y sobre todo de las denominadas “ciencias útiles” y como estas eran un factor de progreso que podría poner a la vanguardia a la nación española,[1] promovieron la renovación del sistema educativo y la proliferación de escuelas de enseñanza primaria y de formación profesional[2] que servirían de inspiración para las reformas educativas adelantadas en las colonias hispanoamericanas como las instauradas por Moreno y Escandón.
En la segunda mitad del siglo XVIII es notable el ingreso de las ideas ilustradas a la nueva granada y en general en el continente americano siendo un referente muy notable de esto el plan de estudios generales del Fiscal de la Real Audiencia, Don Francisco Moreno y Escandón fundamentado en principios de razón y utilidad en contraposición con la tradición escolástica[3] que monopolizaba las aulas de los centros de formación, que para los posteriores intelectuales ilustrados  eran el lastre que hacia decaer el territorio americano. 
Es así como podemos observar el insistente requerimiento de los 'saberes útiles' entre la población ilustrada de las colonias hispanoamericanas. -Claro que en el dominio educativo y científico, el concepto de 'uti­lidad' no tuvo siempre la misma significación, pues fue objeto de una evolución sensible. Al iniciar el siglo XVIII, 'útil' nombraba todo lo que no era ni especula­tivo ni relacionado con la escolástica; en aquella época, el término 'útil' era más o menos equiparable al de Modernidad. A mediados del siglo, su sentido giró hacia el carácter experimental de las ciencias-[4]
Es así como para finales del siglo XVII observamos entre los grupos ilustrados que van surgiendo, gracias a la circulación de estas ideas en diferentes medios de difusión del pensamiento de la época, un  afianzamiento en el discurso ilustrado criollo  el cual abogaba por el abandono de la tradición escolástica reemplazándola por  el estudio de las ciencias.

        "aquellas ideas vivas y naturales, que retratando la verdadera imagen de la Sabiduría sean mas á propósito para inflamar vuestros Almas generosas, y excitar en ellas no solo el deseo de poseerla, sino también el valor e intrepidez necesaria para abrazarla y sostenerla.[…] veo en vosotros las mejores señales de un corazón dócil á las impresiones de la Verdad, y no pudiendo resistir al estimulo de tratar un asunto en que todo promete un feliz suceso […]. El placer, que tendría en ver florecientes en mi Patria los estudios útiles, de que no se tiene ni aun Idea"[5]

Para estos ilustrados el apego a la tradición escolástica que basaba sus explicaciones en dogmas y teorías teológicas eran un lastre que impedía el desarrollo en las colonias, vemos como reprochan que no se hubiese acogido el estudio de la ciencia mucho antes lamentando el atraso en que esto los tiene sumergidos.

       "Desde el siglo 16 se conoció este letargo, y en el a menor y el presente tanto se han inflamado las Naciones, que se compiten entre si los sabios para   redimirse de este baldón. La nuestra camina lenta, especialmente en nuestra América. Y solo el celo con que á expensas de nuestros últimos Soberanos trabajan por todas  partes nuestras   expediciones   puede cubrir nuestro bochorno, á vista de lo que el Plinio de nuestro siglo dice de Españoles y Portugueses, hablando de la Botánica y su   nomenclatura.   Entre   muchos   de nosotros todavía esta ciencia se reputa pueril, impertinente é inútil; todavía se oye, La Historia Natural no esta recibida en el estado Político ni Eclesiástico: nunca ha merecido Cátedras en las Universidades, ni  Aulas en muestras Escuelas; como si las nuestras fueran las de todo el mundo ó solo las ciencias que las obtienen fuesen la únicas que hacen feliz al hombre.[6]"

Se lamentan al pensar en lo diferente que se encontraría su nación de haberse acogido y desarrollado el estudio de la ciencia y aplicado este conocimiento en el campo, el comercio y en las diferentes áreas de la vida fortaleciendo así su patria.

       "¡Que distinta sería la suerte de la Patria, si este hubiera sido el estudio de nuestros Padres! Tendríamos una Agricultura floreciente, no estarán las Artes en la cuna, habría Comercio, no viviéramos en la miseria, que nos devora, y nuestra racionalidad ya no sería un problema para esos Escritores, que nos equivocan con las bestias, y nos juzgan incapaces de concebir un pensamiento.[7]"

Estos ilustrados dispuestos a trabajar en pro del progreso invitaban a hacer frente a estos estudios abstractos y llenos de dogmas que no hacen mas que deshonrar y debilitar la patria, no permitiendo ni si quiera el estudio riguroso de las falencias que se tenían en las diferentes áreas del comercio y la sociedad, y que deberían ser la tarea de los académicos. Exponen como estos estudios en desuso en las naciones cultas aun encontraban aceptación en las colonias haciendo de estos una burla ante la humanidad[8] y que estos estudios caducos solo forman ciudadanos inútiles que en nada mejorarían ni podrían dirigir de manera digan la nación.

“En efecto el artista, el labrador, el artesano jamás saldrán de lo que vieron hacer á su Padre, ó á su Maestro, sí los depositarios de los conocimientos humanos, y de los progre­sos del entendimiento, ó no quieren llevar sus luces filosóficas al taller, al campo, á la oficina: ó divertidos en pueriles sutilezas, y ocupados solamente del cuidado de arrebatarse los votos de los in­sensatos con el ruidoso; pero estéril aparato de tanto silogismo, que la edad de la razón ha Condenado, se desdeñan de aplicar su entendimiento á los objetos útiles, á que Dios lo destinó, y mi­ran como ocupación de un hombre ocioso, y sin talentos el estudio de los principios, y progresos de las Artes , el de la Economía, y de la Industria, el de la Agricultura, el de la Política , y por desahogar de una vez mi corazón, el de la verdadera filosofía, que es la Madre de quanto bueno hay sobre la tierra.[9]

En sus discursos es notable la importancia que le dan a las ciencias naturales dadas las condiciones del habitad tan variado que se tiene en América y que para esos días era desconocida la gran utilidad de los recursos disponibles.

      "Las Ciencias naturales son de primera necesidad en el Perú. Atendidos los frutos que el ofrece, y han sido las mas olvidadas. No presentando giro ni premio, casi nadie las ha cultivado: así todo lo que depende de ellas, ó se ha dejado de hacer, ó se ha practicado por un ciego empirismo. […] La física, la Mecánica, la Geometría, la. Arquitectura subterránea, la Química y Docimástica forman hoy las delicias de muchos, que al abrigo de la protección no pueden menos que hacer rápidos progresos, que resulten a favor de la Minería y la Agricultura.[10]"

 Por las luces arrojadas por las expediciones adelantadas durante los últimos años eran consientes de la riqueza de la naturaleza, de la importancia que tenía el estudio de esta y del abandono en que los académicos tradicionales tienen tal estudio.
      “Los bosques están llenos de plantas a-romaneas, y medicinales, a cada paso se encuentran bálsamos., gomas y aceites exquisitos, tenemos las mejores resinas, y tal vez mien­tras el soberbio Filosofo se abandona á los delirios de su extravagante fantasía, una mano inculta abre camino á la dormida Industria con el examen grosero y superficial déla Naturaleza, que aquel sabio se desdeña mirar[11].”

Observamos como para los ilustrados es de fundamental importancia la reforma del plan de estudios y volcarlo al estudio de las ciencias naturales en busca de una mejor aplicación y aprovechamiento de recursos, incentivar el estudio de la botánica, la química y de las artes que ampliarían el conocimiento de su propio territorio y engrandecería su patria.

      “Mirad que la Patria finca eN vosotros la esperanza de su felicidad, vuestros padres su honor, y su fortuna, la Fama prepara su clarín para derramar vuestro nombre sobre la Tierra, y el Nuevo Reyno espera el suceso de una acción cuyo premio es la inmortalidad.[12]






[1] Pedro, Antonio E. de. Viajes de ida y vuelta de la ciencia ilustrada y su influencia en la educación colonial americana. En Tarbiya; Revista de Investigación e Innovación (Madrid),  No. 24, Ene.-Abr. 2000 p.39.
[2] Alzate Echeverri, Adriana María. La ilustración Borbónica. Sociedad y discurso reformista en la nueva granada, en El nuevo reino de granada y sus provincias. 1º edición, Bogota, editorial Universidad del Rosario. P. 46.
[3] Valencia Calvo, Carlos Hernando, Loaiza Zuluaga, Yasaldez Eder, Plan de estudios generales de Moreno y Escandón, en Revista Historia de la Educacion Colombiana
No. 05, 2002. P. 13.
[4] Alzate Echeverri, Adriana María. La ilustración Borbónica. Sociedad y discurso reformista en la nueva granada, en El nuevo reino de granada y sus provincias. 1º edición, Bogota, editorial Universidad del Rosario. P. 45.
[5] Papel periódico de Santafé de Bogota, Nº 8. Avisos de Hebepbilo á los Jóvenes de los dos Colegios sobre la inutilidad de sus estudios presentes, necesidad de reformarlos, elección y buen gusto en los que deben abrazar.  1 de abril de 1791 p.58,59
[6] Mercurio peruano, Necesidad de la historia natural científica, 12 de enero de 1794, tomo X, Nº 316, fol. 30,31
[7] Papel periódico de Santafé de Bogota, Nº 9. Continuación: Avisos de Hebepbilo á los Jóvenes de los dos Colegios sobre la inutilidad de sus estudios presentes, necesidad de reformarlos, elección y buen gusto en los que deben abrazar.  8 de abril de 1791 p. 69
[8] Papel periodico de Santafé de Bogota, Nº 8. Avisos de Hebepbilo á los Jóvenes de los dos Colegios sobre la inutilidad de sus estudios presentes, necesidad de reformarlos, elección y buen gusto en los que deben abrazar.  1 de abril de 1791 p. 60
[9] Papel periodico de Santafé de Bogota, Nº 8. Avisos de Hebepbilo á los Jóvenes de los dos Colegios sobre la inutilidad de sus estudios presentes, necesidad de reformarlos, elección y buen gusto en los que deben abrazar.  1 de abril de 1791 p. 62
[10] Mercurio peruano, las ciencias naturales, 3 de febrero de 1793, tomo VII, Nº 218, fol. 85.
[11] Papel periodico de Santafé de Bogota, Nº 9. Continuación: Avisos de Hebepbilo á los Jóvenes de los dos Colegios sobre la inutilidad de sus estudios presentes, necesidad de reformarlos, elección y buen gusto en los que deben abrazar.  8 de abril de 1791. p 68

[12] Papel periodico de Santafé de Bogota, Nº 9. Continuación: Avisos de Hebepbilo á los Jóvenes de los dos Colegios sobre la inutilidad de sus estudios presentes, necesidad de reformarlos, elección y buen gusto en los que deben abrazar.  8 de abril de 1791. p 70.